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De qué se sufre cuando se sufre?

"Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos"  Víctor Frankl


Pablo Picasso


Todo el planeta está en dificultades. Estamos atravesando una época muy confusa de la historia donde el sentido de la vida se ha desencaminado peligrosamente.

La ambición, el materialismo, el hambre, las enfermedades, el desamor....han hecho estragos en la humanidad. Cada día hay una persona más que clama pidiendo comprensión y compasión.

Pero el verdadero malestar que estamos afrontando no está solo en lo exterior,
aunque en muchas ocasiones pensemos que las circunstancias ajenas son las únicas que pueden determinar nuestra vida, sin embargo, no creo que se pueda sanar al mundo sin sanarse primero a sí mismo.

¿De qué se sufre entonces cuando se sufre?

De ser querido o de no serlo, de estar solo o acompañado, del exceso o de la falta, de la rutina o de los cambios, del éxito o del fracaso, de lo pasado, de lo que no pasó, de lo que puede pasar… en fin, todo, absolutamente todo puede hacer sufrir: lo mucho, lo poco, la nada, la justa medida. El sufrimiento puede aplicarse a toda representación, hasta a la de no sufrir.  

Todos nos enfrentamos a dificultades permanentemente y así aprendemos.  Nuestro futuro estará determinado por cómo hemos vivido en el presente; lo que decidimos hacer hoy afectará el mañana y está claro que no podemos desperdiciar nuestra existencia.

En todo momento estamos optando entre varias posibilidades, en lo que decimos, hacemos, pensamos y todas las elecciones son importantes en tanto que cada una afectará la propia vida y también la de los demás.

La mayoría de la gente no siempre sale victoriosa de su relación con las adversidades y son muy pocos los que consiguen salir de los problemas en un estado mejor del que tuvieron en su inicio. La vida puede ser un reto o una tragedia y, en definitiva, cada persona puede elegir si sale de la dificultad debilitada o enriquecida.

Los problemas que se nos presentan en la vida tienen un conjunto de características que es necesario conocer y comprender apropiadamente para interactuar con ellas.

El descubrimiento freudiano muestra que a través de lo que se dice, a través de “la palabra”,  el inconsciente puede ser reconocido….

Entonces la palabra es una vía privilegiada por donde  asoma la cabeza el  inconsciente y será desde allí y mediante una particular escucha, donde toma valor la palabra dicha, la no dicha, la reprimida, la ausente, la desplazada, la fallida, la olvidada, la que no sabe lo que dice, la que dice más de lo que está diciendo, la que dice otra cosa de lo que quería decir….

Pretendo desde mi quehacer clínico que la voz del que sufre sea escuchada, darle un espacio abierto a la palabra; facilitar el camino hacia la búsqueda de vivir con sinceridad y plenamente, de empezar a hacer lo propio y no lo que se espera de uno, de producir nuevos significados en la historia personal y generar algo nuevo, de construir un efecto en el sujeto, a partir del trabajo, donde sea posible modificar su relación con lo que le ocurre, que vea su propia responsabilidad en ello y que pueda acercarse cada vez más al propio deseo.

En lugar de tener miedo, el desafío es introducirnos en el conocimiento profundo de la naturaleza de los problemas. Es una inversión que sin duda produce sustanciales réditos porque compromete nuestra calidad de vida y nuestro potencial de realización plena como personas.